lunes, 23 de febrero de 2015

Pippa & Jean, mi camino a la conciliación

Pippa & Jean, mi camino a la conciliación

Permitidme que inicie esta blog con una historia que, en sus distintas versiones, seguro que habéis leído o escuchado muchas veces.

Un economista estaba en el muelle de un pueblecito costero cuando llegó un pequeño bote con un solo pescador. Dentro del pequeño barco había varios atunes amarillos de buen tamaño.

El economista se dirigió al pescador elogiándolo por la calidad del pescado y a su vez, le preguntó cuánto tiempo la había llevado pescarlos.

El pescador respondió que muy poco tiempo. El economista –asombrado- le preguntó: ¿Por qué no permanecía más tiempo en la mar y sacaba más pescado?

El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades básicas de su familia.

El economista posteriormente le volvió a preguntar: ¿Pero qué hace usted con el resto de tiempo libre?

El pescador dijo, “duermo tranquilo, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi esposa, subo todas las noches al pueblo y toco la guitarra con mis amigos. Tengo una vida feliz y ocupada.

El economista replicó, “Soy Master in Business Administration de una reputada Escuela de Negocios y podría ayudarle. Debería gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande. Con los ingresos del bote más grande, podría comprar varios botes, hasta llegar a tener una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario, podría abrir su propia factoría. Debería controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Debería salir de este pueblo e irse a una ciudad más grande, luego a otra y finalmente a Nueva York, desde donde gestionaría la expansión internacional de su empresa”.

El pescador preguntó, “Pero… ¿Cuánto tiempo requiere todo eso?”

A lo cual respondió el economista, “Entre 15 ó 20 años”.

¿Y luego qué, preguntó el pescador? El economista se rió y dijo que esa era la mejor parte.

Cuando llegue la hora debería vender las acciones de su empresa. “Se volverá rico, tendrá millones y millones…”, le dijo el economista.

¿Y luego qué, volvió a preguntar el pescador?

El economista le respondió: ”Luego se puede retirar”. Se va a vivir a un pueblecito en la costa donde puede dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus hijos, hacer la siesta con su esposa, subir todas las noches al pueblo y tocar la guitarra con sus amigos”.

El pescador le miró fijamente y le respondió… ¿Acaso todo eso no es lo que estoy haciendo ya?

Mis valores en la vida

Por su comportamiento, parece que hay muchas personas que piensan que después del oxigeno que respiran, lo más importante es el dinero. Pero yo no pienso lo mismo.

Acumular dinero nunca ha sido mi prioridad. Tengo otras cosas en la vida que me producen mucha satisfacción y a las que no estoy dispuesta a renunciar.

Cuando me hablaron de Pippa & Jean, lo primero que pensé fue precisamente eso. Yo no quiero hacerme rica ni quiero sueldos envidiables. Lo que quiero es tener un trabajo, el más bonito posible, que me permita conciliar mi vida personal (mis metas y valores individuales y familiares) con mi vida laboral.

Ahora sé que tengo en la mano esa posibilidad. En Pippa & Jean estoy descubriendo la posibilidad de tener un bonito trabajo (el más bonito del mundo, como dicen mis colegas), un trabajo que me permite ganar lo que necesito, sin pesados horarios ni agobios de ningún tipo.

Trabajar en Pippa Jean ofrece la posibilidad de conciliar la vida personal o familiar con la vida laboral

¿Quieres saber en qué consiste mi trabajo?

Para responder a esta pregunta, he decidido publicar este blog. En mis artículos os explicaré mi experiencia en la venta directa en Pippa & Jean, una empresa de joyería de diseño y complementos de calidad con un concepto de negocio innovador, atractivo y remunerador. Espero contaros en primera persona, los sentimientos y emociones que me produce sentirme como el pescador de atunes amarillos.

Por cierto ¿conoces a alguien a quién le gustaría conseguir joyas gratis? Si me ayudas a encontrarles, ambas podemos salir beneficiadas. Una consigue sus joyas gratis y la otra (yo) consigue conciliar la vida personal con la vida laboral.

¿Qué te parece? ¿Me dices a quién conoces que le gusten las joyas gratis?
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